Teatro: Centáuride (la desnudez) en Vigo
La construcción de la obra es por movimiento, luz, espacio y sonido. Ahí aparece la poesía. En esta ocasión me sumerjo en la idea de la fragmentación, para ordenar algo acerca de lo que para mí sigue moviendo el mundo, el amor o la falta de él.
Centáuride es una mágica criatura que en la mitología ocupa el lugar de los malos, o de los que aman mal. ¿Una mujer, un hombre, un caballo, una bestia?... sí una bestia, y a los ojos más sutiles no deja de ser un cocktail de partes que dan lugar a esa forma mayor.
Trabajo con y desde los bailarines, y de manera muy comprometida entendemos la obra como piezas con un orden único, el de la obra, que es la que al final decide. Aquí se baila desde el hueso.
La única idea que manejo conscientemente es la de la fragmentación, giro en torno a las figuras polares, mitad caballo, mitad mujer, lo material y lo efímero, la razón y el instinto.
Este viaje escénico se hace a través de escenas que se encadenan en el movimiento de cuerpos bellos. Tres, dos que se contrastan y ese tercero que es testigo y alma a la vez.
Hay un paisaje bello, emotivo, desde un ser pegado a un palo, hasta un ser pegado al plástico. Y ahí está la metáfora.
Ficha artística
Dácil González, Carmen Fumero y Daniel Abreu
Dirección, coreografía y espacio: Daniel Abreu
Iluminación: David Benito y Daniel Abreu
Música: Collage
Técnico de sonido e iluminación: David Benito
Asistencia de producción: Dácil González
Manager: Elena Santonja
Subvencionado por la Comunidad de Madrid
Colabora: Teatro Victoria