El 11 de octubre de 2014 se inauguró en la Pinacoateca Municipal "Francisco Fernández del Riego" (c/ Abeleira Menéndez, 8) la exposición "Mario F. Granell. Morte e reencarnación dun pintor galego", conmemorativa del centenario de su nacimiento. La exposición es una producción de la Concellería de Cultura e Festas, comisariada por José Ballesta de Diego, director del Museo Municipal "Quiñones de León" del Pazo de Castrelos.
El Concello de Vigo presenta esta muestra monográfica de la obra de Mario F. Granell a través de más de sesenta cuadros procedentes de diversos prestadores; documentos, fotografías... en una de las muestras más importantes del artista celebradas hasta la fecha. De este modo quiere rendir sincero homenaje a este gran pintor gallego, fallecido en Vigo, su ciudad de adopción, en 1991.
La exposición recorre la vida completa del artista con obra representativa de sus diferentes etapas y de los contextos en los que esta se desarrolla.
La primera sala está dedicada a la infancia y juventud de Mario, primero en Compostela, después en Madrid, en los años 30. Se presentan aquí las obras más tempranas localizadas del artista junto con otras de contemporáneos suyos, de sus maestros, Camilo Díaz Baliño y Federico Ribas, o referentes como Arturo Souto, y también piezas relacionadas con personajes de gran importancia en la formación de su personalidad e ideología como Alfonso R. Castelao o Francisco Fernández del Riego, su primer crítico en medio escrito.
El paso del artista por la cárcel, tras el estallido de la guerra civil española en 1936, ocupa la segunda sala. La impronta terrible que deja la experiencia se hace patente en las obras pintadas en la cárcel, pero también en otras muy posteriores, como "Vivencias de una guerra civil" (1978), auténtico manifiesto contra la locura de la guerra. En esta sala un pequeño espacio se dedica a Oliva Montero, su novia durante este periodo, y más tarde mujer y musa hasta el final de sus días.
En la tercera sala se presenta a Mario ya liberado, tratando de sobrevivir en el difícil Vigo de la posguerra. El encuentro en la ciudad con otros exiliados internos, como Laxeiro, Del Riego, Lugrís..., y una ascendente carrera profesional como ilustrador, cartelista, decorador..., aliviarán progresivamente su situación. De todas estas múltiples facetas de supervivencia podemos ver ejemplos de Mario en la sala.
La cuarta sala está dedicada a Venezuela, país al que llega Mario en 1957, en el que triunfa en todos los ámbitos y desarrolla su obra más plena. En las tintas de los años 60, pero sobre todo en los acrílicos de los años 70, Mario F. Granell se presenta ya como el artista único que es, con un lenguaje propio y maduro y por el que merece lugar destacado en la historia del arte gallego.
Los diez últimos años de Mario en Vigo, donde retorna en 1981, ocupan la última sala con espléndidas obras de un pintor que no deja de sorprendernos al avanzar en su vejez cara a la abstracción total.
La exposición estará abierta al público hasta el 17 de mayo de 2015.