La sonata en trío fue una forma muy popular en la Alemania barroca. Antes que Johann Sebastian Bach, compositores como Buxtehude o Telemann ya habían explotado esta forma con la plantilla habitual de violín, viola da gamba y bajo continuo. Con sus tres sonatas para viola da gamba y clave obligado, Bach siguió la tradición pero, aunque estas
sonatas son auténticas piezas en trío, eligió una instrumentación diferente, convirtiéndolas en dúos de clave e viola (el clavecinista toca la parte del violín con su mano derecha). La Bellemont propone este ciclo completo de las tres sonatas para viola da gamba y clave interpretando una en su forma original en dúo y las otras dos en una versión transcrita (Bach fue un prolífico transcriptor de sus propias obras) que les devuelve su forma tradicional en trío, con el añadido de un violín y del bajo cifrado realizado por archilaúd y clave que permite potenciar la altísima expresividad y la energía rítmica implícitas en estas sonatas.