El dios Dioniso era hijo de Zeus y una mortal, Sémele, hija a su vez de Cadmo, el rey fundador de Tebas. Tras sus viajes por toda Asia Menor, Dioniso llega cubierto en piel de cabrito a Tebas, ciudad en la que se negaba su condición de dios, acompañado por un coro de adoradoras, formado por bacantes (adoradoras humanas) y ménades (ninfas de las fuentes).
Las hermanas de su madre habían difundido el rumor de que Sémele se había acostado con algún mortal y que Zeus la había fulminado por haberse inventado la historia de que se había acostado con él. Por ello, Dioniso las había hecho enloquecer y ahora practicaban también ritos a Dioniso como bacantes. El rey Penteo, nieto de Cadmo, tampoco le ofrece libaciones. Dioniso llegaba con la intención de demostrar que él es un dios.