Fascinado por el sonido de las campanas, Herbert Schuch concibió un dramático programa con el punto de mira puesto en la 'invocación' y las 'campanas'. Además de Liszt y Bach (arreglado por Busoni y Harold Bauer), este talento rumano incluye un homenaje de Tristan Murail a su maestro Olivier Messiaen, de quien interpreta un preludio antes de cerrar su recital con La vallée des cloches, una de las cinco piezas de los Miroirs en la que Ravel se inspiró en la multitud de campanas que resuenan en París cada mediodía.