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Jesus The Snake Live Band
Fecha: 10/03/2018
Horario: 22:00

Concierto Jesus the Snake en Vigo

Concierto Jesus the Snake en Vigo

Una joven banda portuguesa que ya nos sorprendió en el maravilloso marco de la azotea del Paredao 476 de la playa de Moledo (Portugal) abriendo el warm-up de la pasada edición del Sonic Blast 

Su debut bien merecía el sonido que han conseguido en la grabación. Reflejando fielmente el camino por el que transita la creación sonora de la banda. El cuarteto compuesto por Jorge (guitarra), Rui (Bajo), Joao(batería) y Jok (teclados), nos invita a explorar los territorios musicales del heavy psych, en un colorido caleidoscopio lleno de fluidos lisérgicos. Como si de burbujas de colores que van transformando su forma y su color, bajo acordes hipnóticos y tonificantes.

Los chicos de Vizela, inician su odisea sónica con dos partes de una misma pieza que ya solo por su nombre, nos indica por donde van sus tiros; Floyds I” y “Floyds II”. Con una introducción jazz rock, sobrevuelan el territorio de los ingleses Pink Floyd, influyentes en su sonido. En la primera etapa del camino, la guitarra de Jorge homenajea a David Gilmour. Los punteos de guitarra nos recuerdan los vividos en varias ocasiones en sus shows con Pink Floyd. Una guitarra cristalina, sensible, pero su vez, firme en esa parte protagonista que interpreta por momentos. A mitad del camino nos aparece el primer giro en la composición. La referencia musical parece dar un pequeño giro a base de un órgano y un bajo que nos recuerda a los primeros Jethro Tull, en los que el tinte jazzero tenía su importancia. Arrastrándose sobre terrenos progresivos, la serpiente zigzaguea salvando todas las dificultades de la orografía de esos lares. Con un trepidante final lleno de fuerza hacen una pausa para abastecerse e introducirse en universos plagados de psicodelia, dónde los fluidos vuelven a tomar protagonismo. Formas difusas que van adquiriendo nitidez dentro de un espectro luminoso,  flotando en un ambiente de sosiego. Bucolismo sonoro que ya nos transmitieron con la puesta de sol sobre el mar tras ellos, en aquella memorable actuación en la playa de Moledo el pasado verano.

Un insistente bajo da cobertura a acordes de guitarra que acompañados de un bombo, sirviendo de llave para abrir el espectro que la banda ofrece como un narcótico sobre el oyente.  Gotas en el firmamento como si estrellas que suavemente transitan por el universo.  El crescendo de la batería le da el toque de firmeza al avance. Las formas se van volviendo más extrañas, ya no se transforman suavemente, sino que la hilarante aceleración de la composición hace que se tornen súbitamente. “Karma” el tema que nos adelantaron por el mes de octubre, viaja a través de cálidos acordes de guitarra hipnótica. Tratando de adormecernos, con la solidez de una batería que ejerce de maestra de ceremonias para una travesía que, a la velocidad de la luz, nos envía a lejanas galaxias bajo el vehículo del persistente órgano que imprime vértigo. La ingravidez nos la proporciona una guitarra que lenta y suavemente, nos sirve de flotador en esa liviandad hasta desembarcarnos en tierra firme de un planeta desconocido, con una velocidad sideral del espacio-tiempo pasando sobre nuestros cerebros, como si imágenes de  divinidades desfilaran por nuestros ojos a gran velocidad.