La obra 'Terceiro acto' del Centro Dramático Gallego llega al Pazo de la Cultura de Narón el 26 de octubre.

Sinopsis: 

La idea de la conversación siempre está muy presente en nuestros espectáculos. Nos gusta la idea del teatro como un foro, como un espacio de negociación que sirve para tender puentes, para contradecirnos y para acercarnos unos a los otros.

Esta idea de conversación nos resulta profundamente conmovedora y para Terceiro acto, ante la pregunta de cómo podíamos permanecer vinculados al pasado en un tiempo en el que la hendidura entre generaciones es tan grande que parece que no podemos heredar las experiencias de los que nos anteceden, nos propusimos tener una larga y profunda conversación con un grupo de personas mayores de 60 años y que además habían dedicado su vida al arte de la interpretación y del teatro.

En el camino encontramos cinco personas extraordinarias, cinco actrices y actores que se entregaron con absoluta generosidad a la empresa de utilizar el teatro como un lugar para reencontrarse y reflexionar sobre ciertas cuestiones que fueron surgiendo a lo largo del proceso y convirtiéndose en relevantes. Reflexionamos sobre ese esplendor vital que emana muchas veces del que podríamos dar en llamar "el tercero acto de una vida", nos preguntamos como es el proceso de irse haciendo mayor, hablamos de los anhelos, de las pérdidas, de los sueños que les quedan por cumplir dentro y fuera de un escenario, del lugar donde nos coloca la sociedad al irnos haciendo mayores. Juntos, recordamos y reflexionamos sobre días pasados, analizamos el impacto del arte en la vida de estos cinco artistas y buscamos comprender como la historia de estas mujeres y hombres fue atravesada por la Historia con mayúscula. Cinco personas que nacieron en una dictadura y que en su juventud creyeron que podían comenzar de cero y luchar por uno nuevo mundo. En Terceiro acto analizamos también su legado y formulamos hipótesis sobre como será el mundo cuando ellos ya no estén.

En este momento en el que la historia corre la una velocidad endiañada, nos detenemos para escuchar atentamente, en una especie de sueño poético, a aquellos que van delante de nosotros, los guardianes de la memoria