Microteatro y microconcierto con Víctor Coyote en Santiago de Compostela
Víctor Coyote presenta -en un espectáculo 2X1- varias de sus facetas: cantante, compositor, actor, escenógrafo, autor. La necesidad le ha obligado. Y en Víctor la necesidad de trabajo siempre ha ido unida a la necesidad de expresión. El artista y el trabajador son siempre la misma persona. PROGRAMA DOBLE consta de dos obras independientes -una, absolutamente teatral y otra, un concierto en solitario- unidas por una manera de ver el mundo bajo dos premisas: a) Más vale que lo trágico tenga una cara humorística. E b) Lo solemne, subrayado, es patético.
O FOTÓGRAFO DE SOUTELO
Foto Vieitez, Soutelo es una obra concebida con motivo de la exposición de Virxilio Vieitez en ESPACIO Fundación Telefónica en Madrid, con vida escénica propia fuera de ese contexto y con voluntad de moderno biopic teatral.
Las claves de la vida y obra de Virxilio Vieitez, el fotógrafo de Soutelo las tienen: “Emilio el Moro”, “un cinturón puesto al revés”, “el Gaitero más famoso de Galicia”, “la Sábana del DNI” y “un Angelito en Domingo”. Un mini espectáculo escénico de vídeo, música, marionetas y poesía en décimas.
TONECA Y LOCAL
Victor Coyote canta en solitario canciones tradicionales, populares y hits locales. De Napoles a Viana do Castelo del joropo venezolano a la ranchera- sirtaki, Coyote adelanta lo que será su proximo disco de versiones.
Decir que un mote es humorístico y malintencionado es redundante. Pero en estos tiempos de cogérsela con papel de fumar hay que estar siempre redundando. Por eso digo que TONECAS es el mote humorístico-malintecionado que dieron en mi pueblo (Tui) a los portugueses. TONECAS es un diminutivo familiar de Antonio. Hay muchos Antonios en Portugal, por tanto, TONECAS.
LOCAL quiere decir perteneciente a una localidad no a una gran ciudad. Lo local es característico de un sitio y -se supone- que no universal. Por tanto, si hay en Puerto Urraco un asesinato, es característica de la mala leche del pueblo, pero si en Nueva York alguien aparece muerto, es un signo de universalidad.
La trayectoria musical de Victor Coyote es larga. Empezó en los años 80, el momento en que estallaba la "Movida madrileña". Los Coyotes, el grupo del inquieto Víctor, declararon inaugurada la escena punkabilly de la época, para, tres años después, destrozar esa reputación a base de ritmos latinos y teorías panamericanistas. En esa etapa de su carrera, adelantó un ideario musical que luego harían triunfar otros artistas, aderezado de "horterismo con clase" en unos casos o de "compromiso político-turístico" en otros. De ésta época son sus éxitos menores "Cien guitarras" o "Esta Noche me Voy a bailar".
Los Coyotes se disolvieron en el año 1991 y Victor comenzó una carrera en solitario caracterizada por lo que ya había defendido en el grupo: la incoherencia musical más coherente. Esto es, intentar no aburrir al público, intentar a la vez que este le siga en sus movimientos e intereses musicales y, sobre todo, practicar la fe en la música popular antigua y moderna. Todo esto hace que la carrera musical de El Coyote no sea homogénea. Su discografía incluye un disco que mezcla el funk con el espíritu del Brasil Nordestino “Lo bueno dentro” un experimento Electrorock con contrabajo “Lucha de migajas”, un mini CD de excelentes canciones Powerpop, mas propio de un grupo que de un solista “¿A qué viene ahora silbar?” y un disco intimista, dramático, descreído, y de "glam-folk" “Dos años luz y cuarto”. Pero que nadie se lleve a engaño; en el fondo de esta supuesta variedad estilística se identifica perfectamente el sello inclasificable del Coyote.