Ana Soler propone en Flywaterbags mirar a través del agua para descubrir otra realidad. Reivindicar otras visiones, otros mundos del agua, observando a través de ese fluido aparentemente transparente pero que, embolsado, se vuelve lente deformadora.
Aprovechando el carácter bipolar de las Torres Hejduk, Flywaterbags ofrece una visión dicotómica del uso del agua a través de dos instalaciones contrapuestas en las que el fluido se convierte en lente clarificadora y deformadora al mismo tiempo.
La primera instalación se sitúa en la torre transparente en forma de gran gota tridimensional formada por pequeñas bolsas de agua que nos sirven de lente. La lupa deforma, amplía y reforma la realidad para mostrarnos otra: la dimensión aparente de todo, invitando al espectador a mirar tras lo evidente y perderse en un mundo nuevo visto desde el fluido.
Frente a esta gota geométricamente ideal y casi perfecta; la torre opaca reproduce una inmensa explosión acuática en la que las pequeñas bolsas de agua se replican de forma caótica a partir de pequeñas pantallas con imágenes sobre el mal uso del agua, contaminación, derroche… La lupa deforma, en esta ocasión, esas imágenes que sitúan al espectador dentro de la propia identidad del agua y que le obligan a repensar su situación.
Orden-caos, equilibrio-desequilibrio, luz-sombra, muerte-vida, sostenible-insostenible, perfección-explosión… Una visión dicotómica del uso del agua que busca hacer visible lo invisible, hacer sensible lo insensible.