Un día que el viento estaba triste y acatarrado, pues el sol del mes de agosto andaba a mandar, -calentando de tal manera que más que calentar, quemaba -, el señor Don y la señora Dueña se dispongan a almorzar debajo de un limonero, aprovechando la sombra que este árbol les regalaba...cuando sintieron un gemido...era el viento que se quejaba de dolor. En un trance de fiebre, el viento que era tan viejo como el mundo, entre disparate y disparate, les contó unas historias tan increíbles como extraña era su ciencia.
Espectáculo dirigido la todos los públicos que mezcla actores y marionetas, dirigido al publico infantil y familiar y que de una manera sencilla y divertida aportación al espectador temas de interés social como el pacifismo, la ecoloxía y el respeto por el entorno natural, la solidaridad y el valor de la amistad.