Concierto de Diego el Cigala en Santiago de Compostela.
El idilio de Diego el Cigala con el piano surge después de su colaboración con Bebo Valdés quien hizo proyectar a este artista por encima de sus límites geográficos, culturales y humanos y lo impulsó a trascender el flamenco y la habitual guitarra que lo acompañaba siempre para llegar la otros mundos.
A Bebo, el maestro de las teclas, lo sucederían Chucho Valdés y más tarde Caramelo de Cuba. Desde 2005, Jaime Calabuch 'Jumitus', lo acompaña al piano dando vida al instrumento que siguió ocupando un lugar muy destacado para el Cigala. Tanto es así que este idilio desembocó en este nuevo espectáculo profundamente íntimo que presenta Diego. Más próximo que nunca este formato nos invita a sumergirnos en otra faceta del artista que nos ofrece una lista de grandes éxitos desde la zambra al tango o al bolero.
Son muchos los momentos clave que definen la trayectoria de un artista, algunos dicen ser una especie de canal de expresión de algo superior que ellos mismos que los atraviesa para manifestarse, definiendo así el rumbo que tomarán sus carreras artísticas y marcándolas irremediablemente.
Diego el Cigala es uno de estos elegidos por el don. Ya desde que nace muchos son esos momentos clave que le colocan en el camino del arte como forma de vida pero es en el año 2000 cuando acontece una nueva epifanía, algo inesperado que se adueña de él, cambiando para siempre su futuro artístico. Esta inesperada aparición de un hombre y un instrumento que revolucionan su enfoque musical para siempre.
El hombre fue el desaparecido maestro Bebo Valdés y su instrumento, el piano.
Esta aparición proyectó a este artista por encima de sus límites geográficos, culturales y humanos y le impulso a trascender el flamenco y la habitual guitarra que lo acompañaba siempre para llegar a otros mundos.
El siempre dice que conocer a Bebo fue el mejor regalo que le dejó “Lagrimas Negras”: un tesoro de incalculable valor para él, tanto a nivel humano como musical. Pero también lo que sucedió con el piano fue amor a primera vista y ya le sería imposible apartarse de él.
A Bebo, el maestro de las teclas, le sucederían Chucho Valdés y más tarde Caramelo de Cuba. Pero desde 2005, encuentra a Jaime Calabuch, “Jumitus” un gitano del catalán barrio de Gracia con alma latina, que le acompaña al piano desde entonces. Dando vida al instrumento que ha seguido ocupando un lugar muy destacado para el Cigala.
Tanto es así que este idilio ha desembocado en este nuevo espectáculo profundamente íntimo que nos presenta Diego. Más cercano que nunca este formato nos invita a sumergirnos en otra faceta del artista que nos ofrece un repertorio de grandes éxitos desde la zambra al tango o al bolero.
Sin duda la capacidad de transmitir emoción del Cigala conmoverá los corazones de aquellos que tengan el privilegio de asistir a uno de estos conciertos únicos.