Dirty Socks

Dirty Socks nacieron para correr, o al menos esa es la sensación que produce su intensa trayectoria alcanzada en un periodo de tiempo tan corto. La banda se forma en Santiago de Compostela a finales del 2007, quedando completamente consolidada en el 2010 con Anxo Rodríguez (guitarra y voz), Denis Suárez (batería y coros), Francisco Varela (bajo) y Alberto Barreiros (guitarra y coros). Juntos comienzan a explorar pasajes sonoros.

En primera instancia se sienten atraídos por el post punk -por bandas como Bauhaus, Buzzcocks, Joy Division o New Order- pero enseguida amplían el abanico de géneros, abriendo varios frentes: la psicodelia de los 60, el minimalismo de Philip Glass, Terry Riley o Steve Reich; y la electrónica experimental y rudimentaria, sobre todo su nacimiento: Steve Reich -otra vez-, Delia Derbyshire, etc; las guitarras de Sonic Youth, Jonny Greenwood… Bebiendo de todas estas fuentes la banda compostelana se centra en tejer su propio sonido, en hacer estructuras pop y construir un sonido del siglo XXI, dejando un amplio margen para la interpretación propia del oyente.

Huyendo de etiquetas, Dirty Socks siguen un camino firme hacia la tierra prometida de las grandes canciones. Los galardones y el reconocimiento se suceden: se alzan vencedores del certamen Musicaxove (2009) y del Levi's Unfamous Music Awards (2010); reciben más de medio millón de visitas en su MySpace y comienzan rápidamente a tocar en primera división, participando en festivales como el Purple Weekend (León), el Rock in the Way (Santiago) y el Festival do Norte (Villagarcía), compartiendo escenario con bandas como Placebo, These New Puritans, Editors, Tricky, The Raveonettes, The Animals y Adam Green.

Tras un primer EP, “Dirty Socks” (Dirty Socks, 2010), editado en formato físico ante la gran acogida en internet de canciones como “Go ape”, “WWD” o “Magic Sparkles”, los compostelanos presentan “Abandoned Warehouse” (Vir, 2012).Cuatro nuevos cortes grabados con Arturo Vaquero en los estudios Abrigueiro con los que su sonido alcanza un nuevo nivel. Continúan nutriéndose del post punk de finales de los 70 y del minimalismo, pero dan un claro giro hacia la psicodelia de los años 60 y la experimentación que se traduce en un sonido fresco y enérgico cargado de matices.
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A estas alturas no tiene sentido hablar de grupo revelación, sino de una banda que ha nacido para correr, para entregarnos grandes canciones de espíritu catártico y renovador.