Concierto de Malasömbra en Vigo.
Como siempre, al principio no había nada de nada, excepto la nada, que ya es algo. Sólo llovía; una lluvia tenaz y persistente, casi compostelana. De este modo, lloviendo sin descanso, por fuerza tenía que aparecer el reuma. Pero como por sí sólo no hubiera podido existir, desarrolló en torno a su perímetro al primer ser que lo pudiera padecer, el gigante Fulan. Sus primeras palabras fueron: "Hombre, pues muy bonito, muchas gracias, eh! Yo malito y lloviendo a cántaros!". Oyéronlo las nubes, e interpretando como irreverente su pobre queja, decidieron escarmentarlo: en vez de llover a cántaros decidieron arrojar los cántaros también, que se partieron en el fondo del abismo, sepultando mortalmente a Fulan y apareciendo de este modo, la primera tierra firme, la Cantártida.
Se sucedieron las edades, y de la lluvia y de los restos del gigante, en progresiva descomposición, fue surgiendo multitud de gentecilla, diminuta y numerosa, que se llamaron los hijos de Fulan o fulanos, dotados de una facultad del habla que dilapidaban, sin embargo, al quejarse constantemente del tiempo. Así pues no tardaron las señoras del cielo en juzgar a aquel pueblo como blasfemo.
- Ahoguémoslo! - Propuso una de ellas. - No- Dijo otra - No. El diluvio ya está registrado. Además debemos intentar antes hallar algo justo-
Descendió entonces la nube a tierra en forma de una espesa niebla. Viendo su ejemplo, otras la imitaron y pronto se hallaron de vuelta en el cielo con varios justos acogidos entre sus mimosas entrañas de algodón. Ninguno de ellos, aunque por distintos motivos, se había quejado jamás de la lluvia: uno amaba el agua hasta tal punto que había perdido la razón y afirmaba que dos terceras partes de su cuerpo estaban formadas por el líquido elemento. Otro, en cambio, había heredado un molino hidráulico y le convenía que el río bajase lleno; otro se llamaba Justo...
NOTA: A partir de aquí el relato se interrumpe, ignorándose el paradero y el número de legajos que siguen, y continuando luego con un último legajo en el que se puede leer: "...y así nació Malasömbra."