Melodías que atraviesan la conciencia. Folk de habitación que roza el slowcore, se asienta en nuestra psique y la tambalea. Tan visceral que duele, tan auténtico y empático que conduce irremediablemente a la introspección de la mano de un piano y una voz. Las señas de identidad de la compositora y cantante Elena Iturrieta que, tan dulce como desgarradora, aterriza este año en la escena como ELE.
Inmersa en la nueva cruzada del soul alternativo, Summer Rain (Arcadia, 2014) es su carta de presentación y el disco que estábamos esperando para adentrarnos en el otoño. La melancolía, la nostalgia y el optimismo como solución final son las premisas de esta propuesta de once canciones, que se pasean por los claro-oscuros de la existencia con elegancia y sencillez. Desde temas que brillan en el carpe diem, a base de reminiscencias americanas y guitarras, como la fundamental "Go And Never Look Back", a pasajes de pop intimista y lacerante como "Shadows".
Summer Rain es una apuesta por la cara más alternativa del rhythm and blues contemporáneo. El coro de góspel que acompaña a ELE en buena parte del disco, Gospel Factory, destaca en temas como "Positivity" y "A Thousand Miles Away From You". Fieles también en el crudo trance de "Calling You", cuya honestidad se manifiesta a capella y nos relata el dolor más infinito del alma humana, la pérdida de un ser querido. Carga emocional que encontramos en la intensa "We'll Keep Your Memories in Our Hearts", uno de los puntos álgidos del álbum, en el que una lap steel retoma el sonido folk y comparte protagonismo con la maestría vocal de Elena.
En este primer disco de ELE, con Pablo Cebrián a los mandos de la producción, la potencia lírica se convierte en un instrumento más de esta amplia paleta sonora que antepone la música a la palabra, siendo esta imprescindible también. Bajos, teclados, contrabajos y golpes de baqueta juegan su papel en "Love me my love, above all" de auténtica esencia jazzera in crescendo y, sobre todo, en "Another Colour", una de las perlas escondidas del álbum. La otra, "Daniel And Charlie", que asume divertida la música de Nueva Orleans y los inicios del dixieland.
Todo un tratado de folk con alma que ELE borda desde la primera nota de "Am I Wasting My Time?", punto de partida de este disco y a través de la cual deja patente su gusto por emblemas como Dylan y Bruce Springsteen. Un trabajo de carácter urbanita y cotidiano, de sonidos atemporales e imperecederos que cierran el círculo con la sutil y homónima "Summer Rain". Canciones de toda una vida. La de ELE, posiblemente la tuya y la mía. Canciones que han nacido para perdurar, y no pasar de puntillas, mientras la música continúe siendo la vía de evasión de una realidad que hay que seguir viviendo aunque a veces cueste demasiado.