En el contexto de la acentuada influencia de la fotografía en el arte contemporáneo, diversos autores han decidido abordar este género como extensión a sus propuestas plásticas. Este es el caso de Magdalena Ferré, quien se aproxima a la fotografía con su bagaje de pintura informalista y artes gráficas, para continuar desarrollando su discurso en torno al paisaje urbano y su materia.
Con esta exposición Atmósferas y Presencias, la artista pone ahora de relieve en fotografía aquellos contrastes de color, materiales y texturas que sirven de base a su propuesta pictórica, pero replanteados en términos de luz, composición y grano fotográfico. Sin embargo en esta vuelta de tuerca, el tema recurrente de su obra se amplia para incluir en su discurso la huella humana en el paisaje natural.
De tal forma, las neblinas se confunden con las ventanas llenas de rocío y los troncos secos en el río con las embarcaciones que esperan a sus tripulantes. Una trama que nos remite a una confusión ancestral que sólo la ciudad moderna finalmente ha roto y que ella destaca gracias a su sobresaliente ojo fotográfico.
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