Carlos Núñez es conocido como una de las grandes figuras internacionales de la Música Celta. El éxito de su carrera -con más de un millón de discos vendidos- ha sido tan extraordinario para un instrumentista que seguramente ha eclipsado su formación académica como flautista de pico. Sin embargo, su visión de las músicas celtas como músicas históricas ha hecho relativamente frecuentes sus conciertos y grabaciones con grandes de la Música Antigua, así como sus conciertos sinfónicos en “templos” de la Música Clásica como el Musikverein de Viena o el Boston Symphony Hall.
Hace un par de años Carlos Núñez dirigió un concierto muy especial en la Catedral de Santiago en el que hizo sonar, juntos por primera vez, todos los instrumentos representados en el Pórtico de la Gloria, esculpidos por el Maestro Mateo en el siglo XII. Recientemente ha podido repetir esta experiencia incorporando nada menos que a Jordi Savall y su Hespèrion XXI, que son algo así como un who’s who de la Música Antigua desde hace más de cuatro décadas y que tocaron por primera vez esas réplicas de instrumentos medievales gallegos.
Entremedias, Carlos Núñez visitó en la tierra de su familia paterna el taller de la Diputación dirigido por Manuel Brañas para conocer las réplicas allí realizadas hace décadas de los instrumentos del Pórtico do Paraíso. Se dió cuenta de que aunque se suele decir que éste es una versión del de Santiago, los instrumentos poco tienen que ver, algunos son mucho más parecidos a ejemplos de la iconografía musical europea que a la compostelana y otros son originalísimos, quizá con característica únicas ourensanas. Y el pasado verano, en tres conciertos dedicados al repertorio medieval en monasterios emblemáticos de la provincia de Ourense, se animó a poner de nuevo en uso algunos de ellos y tocarlos.