Pieza del mes en Ourense: Porcelanas chinesas

Las excavaciones realizadas en el edificio del Museo, solar de las Torres, Palacios y Corral del Obispo de Ourense, en la primera década del siglo XXI, para adaptarlo a nuevas necesidades museográficas vinieron a confirmar la importancia de su núcleo románico y esclarecer la complejidad de las suyas sucesivas fases constructivas, desde sus cimientos romanos hasta las últimas reformas del siglo XX. Al tiempo, se exhumaron una serie de materiales que están contribuyendo a conocer la vida cotidiana de los sucesivos obispos y los patronos de uso-consumo de bienes de importación por parte de la sociedad orensana al largo de la Edad Moderna. Entre ellos tres fragmentos de porcelana china.

Fue Cinta Krahe, doctora en Historia de las Artes por la Universidad de Leiden, experta en porcelana china y oriental en la España de los Habsburgo, quien nos animó a investigar entre los materiales de las citadas excavaciones al interesarse por dos fragmentos de porcelana china que habían aparecido recientemente en el castillo de Maceda. Fue ella también quien generosamente nos brindó algunas pautas para su correcta catalogación.

En concreto, los dos primeros corresponden a cuencas de bordes lobulados realizadas en porcelana china en azul cobalto sobre blanco, destinadas mayoritariamente a la exportación y elaboradas a finales del siglo XVI. Ambos fragmentos, probablemente pertenecientes a una misma cuenca, están decorados en su cara externa con los cuartos traseros de uno caballito en movimiento, símbolo de buen augurio, de perseverancia, fuerza y belleza, formando una cenefa y con elementos de buen augurio taoísta y budistas, de carácter vegetal. Los dos diseños están realizados con una pincelada imprecisa y desvanecida en un azul diluido dado bajo un caparazón gris-plata con unas características propias de la porcelana manufacturada en los primeros años del reinado del emperador Wan-li (1573-1619). Diseños semejantes, y clave para a su correcta datación, fueron un pequeño fragmento recuperado en las excavaciones realizadas en las ruinas del convento de las monjas de la Concepción, en la ciudad
vieja de Panamá y una cuenca, con un soporte de plata elaborado en Londres, en 1585, conservada en el Museo Metropolitano de Artes de Nueva York, pintadas con el mismo motivo, en el estilo conocido, vulgarmente, como carraca.